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domingo, febrero 22, 2004

Quiero revolcarme con vos (a.k.a. The soundtracks of our rides) 

Bueno, aquí estoy nuevamente, recién comido –bah, hace casi dos horas- y un poco más tranquilo. Paso a relatarles hechos que sucedieron el día de hoy, un poco menos detalladamente que en el post que no pudo ser por razones de cansancio. Hoy fui al Konex a ver por primera vez a Entre Ríos. Ni siquiera los había escuchado, este fue mi primer encuentro con la banda, y debo decir que me gustaron muchísimo, principalmente –y como de costumbre en mí- las canciones más popperitas, aunque las que tiraban más para el lado de la experimentación no me aburrieron para nada, lo cual no sé si habla bien de la banda o de mí. O tal vez esté ampliando mis horizontes musicales, no lo sé. Decía que el show me gustó mucho –a pesar de sus problemillas de sonido-, pero lamentablemente no pude disfrutarlo como era debido por razones ajenas al show. Es que estaba siendo víctima de uno de los peores dolores de estómago que tuve en mi vida. Por suerte el show fue corto y Naza me alcanzó con el auto hasta la parada del 15 de Las Heras y Salguero. El colectivo llegó al toque (todo un acontecimiento).
El viaje hasta mis pagos es bastante largo –una hora o más-, y como hoy era sábado, en la mitad del trayecto el bondi se llenó hasta el desborde de muchachotes que iban al Tropitango. Dado que Tropitango es un lugar bastante jodido, era natural que yo estuviese un poquitín alerta. Pero al fin llegué sano y salvo a destino.
Hubo algo extraño hoy en el colectivo. Entre los muchachotes que se subieron, dos de ellos eran una parejita gay cumbianchera que en ningún momento intentaban ocultar que lo eran. Digo extraño porque nadie siquiera se mosqueó ante la presencia de los dos chicos. Y digo extraño porque por acá todos suelen ser un poco/bastante/demasiado fachos/ultracatólicos. No sé, me sorprendió gratamente.
El soundtrack de mi viaje fue Infame de Babasónicos, del que me arrepiento profundamente haberlo votado en cinequanon como el disco más decepcionante de 2003, junto con Hail To The Thief de Radiohead –de ese no me arrepiento-. Es que por lo general –con la excepción de Trance Zomba, que siempre me gustó más bien poco- suelo enamorarme de los discos de los Baba ni bien los escucho por primera vez, y con Infame esto no ocurrió. No sé, no le encontraba la vuelta, me parecía un disco poco interesante, demasiado cancherito, con pocas sorpresas, olvidable. Tardé bastante en darme cuenta de que en realidad es un muy buen disco, que tiene hermosas melodías, excelentes canciones y letras perfectas. Ahora me parece muy obvio todo eso, pero la verdad es que Infame me costó. En este momento estoy bastante adicto a este disco, que tiene joyas como Risa -con uno de los puentes más lindos que haya escuchado en mucho tiempo-, Suturno –extrañeza maravillosa que repite ad-infinitum la gloriosa frase “Quiero revolcarme con vos”-, Pistero y, las más mejores de todas: Putita y La puntita. Un gran disco que pasó de resultarme intrascendente a ser soundtrack oficial de mis viajes desde y hacia mi hogar, y que también posee poderes curativos, ya que cuando llegué a casa el estómago no me dolía más.
Bueno, ahora si, me voy a dormir. Tengo los horarios completamente cambiados. En algún momento debería regularizarme. Saludos per tutti. Al final terminé escribiendo un montón.

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