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martes, marzo 30, 2004

Back for good 

Bueno, por fin, luego de casi un mes de ausencia, he vuelto. En ese interín mandé a arreglar mi pc, estuve en el horrendo mardel film festival y volvi con mucho que escribir pero pocas ganas. Como no quiero que este sea un post interminable (si he llegado a escribir más de 4000 caracteres sobre un día en mi vida imaginen lo que sería un mes) voy a hacer un breve recuento de cosas que pasaron durante mi ausencia:

1) Mi estadia en La Feliz no lo fue tanto, por lo menos cinematográficamente hablando. Es que este festival está cada vez peor. Vi muy pocas películas que me hayan parecido de pasables para arriba, y lo poco que vi de la competencia no me gustó ni medio, en especial la gran ganadora, Buena Vida Delivery, una abominación que roba descaradamente del Nuevo Cine Argentino para hacer algo que está, digamos, en la vereda de enfrente. La película termina siendo una cosa fea, reaccionaria y falta de gracia, que hace acordar más al cine argentino que ya creíamos muerto. Los aplausos, los premios y la aprobación general para con esta película me dejan en claro que, lamentablemente, el Viejo Cine Argentino está vivo y goza de buena salud. Lo que se dice una película peligrosa.
Entre lo bueno que ví están Laurel Canyon, otra gran película de Lisa Cholodenko, directora de la obra maestra lésbica High Art, La gran aventura de Mortadelo y Filemón, que vi allá por sexta y séptima vez, Um filme falado de Manoel de Oliveira, o una lección de cómo dejar al público completamente desencajado y desconcertado que comprueba que el viejito se volvió completamente loco, The Magical Life of Long Tack Sam, documental apasionante sobre un mago chino que conoció a medio mundo, Destino, el hermosísimo corto que nunca hicieron Disney y Dalí, Last Life In The Universe, rareza tailandesa (con rima y todo) que no se parece a absolutamente nada y que tiene cameos divertidísimos de Takashi Miike y del actor de las tres Dead Or Alive, Un lugar entre los vivos, la última locura de Raoul Ruiz e In My Skin, una película adorable dirigida y protagonizada por la colaboradora de Ozon Marina de Van, sobre una chica a la que le gusta cortarse y comerse la piel. Un amor. Salvo un par de cosas más, el resto fue basura. Si quieren saber qué pienso de Carandiru, la cosa fea que abrió el festival, lean acá, y les adelanto que el nuevo Bertolucci, si bien no me disgustó demasiado, me parece bastante obvia y un tanto pacata. Ampliaré cuando se estrene.
Encima La nueva Jockey, el restaurant donde comía el año pasado debido a sus deliciosos platos del día a $7,50 con bebida y postre incluidos, cambió de dueño y ahora es un restaurant más del montón (y caro), asi que este año opté más por la opción Manolo, en especial por la Hamburguesa Criolla de pollo, que es riquísima, no muy cara, y llena.
2) Si el mes pasado fui adicto a Infame de Babasónicos, este año lo soy de D-d-don´t stop de beat, el maravilloso, fiesterísimo, delicioso, adorable, conciso, divertido, y si, adictivo disco de los extraterrestres Junior Senior.
3) Cuando llegué vi la adorable Mi novia Polly y la espantosísima Pasión de Gibson, en privadas Starsky y Hutch y Como si fuera la primera vez (50 First Dates, la nueva de Sandler), que son dos ejemplos de cómo hacer buen cine, y en div-x Ricordati di me, la nueva película de mi querido Gabriele Muccino, que si bien en su primera mitad está a la altura de las anteriores, luego empieza a amontonar clichés y situaciones bastante feas, pierde el vertiginoso ritmo Mucciniano, adopta un tono bastante moralista y termina siendo una decepción mayúscula. Sobre las anteriores ampliaré en mi próximo post. Sobre esta última no. Hasta luego.

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