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viernes, abril 02, 2004

No Pressure Over Capuccino 

Maldito virus de la gripe + nauseas que me impidieron ver hoy los estrenos del día. No es como que eran muy interesantes; la única que quería ver en serio era Mi vida sin mí, que igualmente la tengo acá en div-x, pero me jode tener que pagar por ver una película de Puenzo por no poder haber ido hoy gratis. Fuck.
Estoy escuchando el MTV Unplugged de Alanis para tapar el ruido que hace el cooler de mierda que me taladra el cerebro. Hace mucho que no escuchaba este disco, y debo decir que es muy lindo, como todo lo que hizo Alanis en su vida, o por lo menos desde Jagged Little Pill (nunca escuché los discos paulabdulianos que grabo en su adolescencia). Es raro que nunca haya incluido en alguno de sus discos de estudio el hermoso tema No Pressure Over Capuccino, tal vez su mejor canción, que puede encontrarse sólo en versión en vivo en este unplugged. Antes de ayer vi el video nuevo de Alanis. Es un caso muy raro, ya que es idéntico al video en plano secuencia de Jarabe de Palo (que a su vez era muy parecido al de Don’t Tell Me de Madonna) y encima aparece el cantante de Jarabe de Palo. Weirrrrrd. La canción está muy bien y a Alanis le queda bárbaro el pelo corto.
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Pasaron un par de horas desde que escribí lo de arriba. Ví Indomables, no vi Los simuladores de colección porque hoy en lugar de eso dieron la feucha Romeo debe morir y ví otro gran episodio de las Gilmore Girls. Ahora estoy en I-Sat viendo algo que no se qué es pero está en digital, es de acá y parece intentar ser La libertad pero no le sale, así que volveré a lo prometido en el post anterior, o sea, a hablar un poco más detalladamente –no mucho- de esas jotiyas que son Mi novia Polly, Starsky & Hutch y 50 First Dates. Las tres son de aquellas películas capaces de hacernos felices no sólo mientras las vemos sino también cuando las recordamos. Son películas que, aunque muchos (demasiados) lo nieguen, nos convencen de que eso de las comedias es cosa seria. Polly, con una actuación inolvidable de Jennifer Aniston y un perfecto como siempre Stiller –lo mismo puede decirse de Phillip Seymour Hoffman-, si bien es la menos redondita de las tres, comparte con ellas la sensación de que todo va a estar bien, que nada malo puede pasar con esta gente. Es que los realizadores de estas películas vaya si piensan en su público. Starsky & Hutch va todavía más allá, y nos entrega algo hermoso, con sus perfectas dosis de autoconciencia pop a todo color y con gente entrañable como lo son Ben, Owen, Snoop, Vaughn, Ferrell, Amy Smart y Carmen Electra (más algún que otro feliz cameo). El director de S&H es Todd Phillips, quien ya nos había deleitado con Road Trip y la aún inédita Old School. Por último, 50 First Dates es un Sandler auténtico. Parecida más que todo a The Wedding Singer, tanto por su pareja protagónica como por su desbordante ternura –y también por su utilización de hits ochentosos, aquí en reversiones-, la película vuelve a convencernos de que sus personajes son la gente más buena del mundo –aquí no hay un solo villano-, y sobre el final no queda más que lagrimear añorando que alguna vez el mundo llegue a ser tan hermoso como lo es el universo Sandler. Acá tenemos más secundarios adorables como Rob Schneider, Sean Astin (que se roba todas las escenas en las que está), el habitué Allen Covert –uno de los personajes del año- y Dan Aykroyd. Además, hay un plano en el comienzo de la peli donde se nos sugiere un cierto lado gay en el personaje Sandler. Ya verán cuando la vean. Bueno, me retiro. Hasta el próximo post.


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